“He aquí el roscón de Reyes,
tradición de un gran banquete
en el cual hay dos sorpresas para
los que tengan suerte.
En él hay muy bien ocultas un
haba y una figura,
el que lo vaya a cortar, hágalo
sin travesuras.
Quien en la boca se encuentre una
cosa un tanto dura,
a lo peor es el haba o a lo mejor
la figura.
Si es el haba lo encontrado, este
postre pagarás
mas
si ello es la figura, coronado y rey serás"
Así cuenta un
conocido poema la leyenda que define al tradicional roscón de Reyes, un postre
típico navideño que está en todas las casas en estas fechas tan señaladas. ¿Que
no es tan fácil? Estáis muy equivocados, ya que existen mil trucos para hacer un
roscón delicioso, además de bien sencillo.
Es verdad que las
panaderías están repletas de estos dulces, pero ¿por qué no atreveros a
prepararlos en vuestra propia casa? Antes de empezar, debéis saber que se trata
de un alimento que necesita unos largos tiempos
de levado.
Es una receta especial para los que nunca os habéis lanzado a amasar un roscón,
pues en dos horas conseguiréis un resultado esponjoso y aromático que no dejará
indiferente a ninguno de los comensales que lo pruebe.
¿Qué necesitamos?
-
400
gramos de harina de fuerza.
-
70
gramos de mantequilla a temperatura ambiente.
-
100
gramos de azúcar.
-
2
huevos.
-
20
ml de ron.
-
100
ml de agua templada.
-
30
ml de leche.
-
20
gramos de levadura fresca.
-
½
cucharadita de agua de azahar.
-
1
pizca de sal.
-
Almendras
fileteadas.
-
Frutas
escarchadas.
-
Azúcar
granulado.
El primer paso es
poner 350 gramos de harina en un bol grande, donde dejaremos un hueco en el
centro. Añadimos azúcar, levadura disuelta en agua templada, ron, leche,
ralladura de naranja, agua de azahar y mantequilla. Mezclamos ligeramente y
añadimos un huevo y una pizca de sal y lo amasamos todo.
A continuación,
pondremos la masa sobre una superficie con harina y seguiremos amasando hasta
que la masa quede elástica y no se pegue a la superficie. En el caso de que
fuera necesario, añadiremos harina poco a poco, pero nunca dejaremos que la
masa quede demasiado seca, sino más bien que quede jugosa.
Formamos una bola
con la masa y dejaremos un agujero en el centro de la misma. Después, lo iremos
estirando, de manera que iremos viendo que va adquiriendo la forma propia de un
roscón. Cuando lo tengamos, lo vamos a colocar en una bandeja de horno, siempre
en un lugar cálido, y lo dejamos levar una hora.
Precalentaremos el
horno a 200º C y mientras pintamos el “supuesto” roscón con el otro huevo
batido y lo decoramos con la fruta escarchada, las almendras y el azúcar
granulado. Para terminar, introduciremos el roscón durante 20 minutos a 200º C
o hasta que veamos que la superficie tenga un color dorado.
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